Ballena empalada por un crucero

La semana pasada recibimos un gran recordatorio de la amenaza que representan para las ballenas los grandes buques transoceánicos: el Sapphire Princess, un crucero que regresaba de un viaje a Alaska, empaló a una ballena de aleta, probablemente al norte de la isla de Vancouver. El impacto se supo cuando el crucero llegó al puerto de Vancouver con el cuerpo sin vida de la ballena encajado contra la proa. Actualmente se está realizando una prueba para determinar si la ballena estaba viva cuando fue impactada, lo cual suele ser el caso. Este lamentable incidente ocurrió a pesar de que la línea de cruceros afirma que cuenta con "estrictos procedimientos para evitar el avistamiento de ballenas cuando nuestros barcos se encuentran cerca de la vida marina", y demuestra que se debe hacer más para proteger a estas maravillosas criaturas.

Como aspecto positivo, organismos globales como la Organización Marítima Internacional y la Comisión Ballenera Internacional se encuentran actualmente inmersos en iniciativas para catalogar los choques con ballenas por parte de barcos en todo el mundo y minimizar su incidencia. A lo largo de la costa este de Estados Unidos y Canadá, se han promulgado diversas medidas, tanto voluntarias como obligatorias, incluyendo restricciones de velocidad para proteger a las ballenas. Sin embargo, las ballenas a lo largo de la costa oeste de ambos países están mucho menos protegidas. Afortunadamente, se están realizando esfuerzos para cambiar esta situación. Amigos de la Tierra está trabajando con la Junta Aérea de California para promover una medida que limite la velocidad de los barcos a 12 nudos, lo que disminuiría el riesgo de choques para las ballenas en las aguas costeras del estado. Alaska, el estado de Washington, Oregón y el oeste de Canadá deberían seguir el ejemplo y comenzar a evaluar si es necesario establecer restricciones de velocidad para proteger a las ballenas amenazadas y en peligro de extinción.

En este caso, el impacto se produjo con una ballena de aleta, una de las ballenas más rápidas del planeta. Si bien los cetáceos de movimiento lento, como la ballena franca, suelen considerarse las principales víctimas de los impactos, los datos indican que las ballenas de aleta, a pesar de su velocidad, suelen ser impactadas. Ante la posible muerte de otra ballena por un impacto con un barco, se necesitan más estudios científicos sobre las interacciones entre ballenas y barcos, así como regulaciones adicionales, como límites de velocidad para los barcos, que mejoren la protección de las ballenas.

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