Las conversaciones sobre el clima de Barcelona empiezan, por fin, con el mejor pie posible

No, los países desarrollados finalmente no cumplieron con su responsabilidad histórica al comprometerse a reducir drásticamente las emisiones ni a financiar significativamente a los países en desarrollo para afrontar los impactos del cambio climático. Sin embargo, ¡por primera vez en su vida, me subieron a clase ejecutiva para el vuelo transatlántico a Barcelona! No puedo imaginar una mejor manera de comenzar el viaje y espero que el inicio oficial de las conversaciones mañana sea igual de esperanzador.

Sin embargo, si el final de las últimas negociaciones climáticas en Bangkok sirve de indicio, nos encontramos en una situación realmente lamentable. He observado las numerosas cuentas regresivas para Copenhague durante los últimos dos años (casi). Ahora solo nos quedan cinco escasos días de negociación antes de Copenhague y estamos lejos de llegar a un acuerdo sobre cuestiones clave como los objetivos de reducción de emisiones y la financiación climática para los países en desarrollo.

Peor aún, la postura de Estados Unidos está socavando incluso los pocos consensos globales sobre cómo abordar el cambio climático, concretamente los objetivos globales acordados para la reducción de emisiones por parte de los países desarrollados. Sorprendente, ¿verdad? Me horrorizó saber que Estados Unidos no quiere que la comunidad internacional se ponga de acuerdo sobre un objetivo de reducción de emisiones a corto plazo, conforme a lo que exige la ciencia. Para los adictos a las políticas, llamamos a esta propuesta "promesa y revisión", en la que los países simplemente se comprometen a cumplir lo acordado a nivel nacional, independientemente de si esto supone una reducción total de las emisiones globales lo suficientemente drástica como para evitar un cambio climático peligroso. 

Además, Estados Unidos parece no ver ningún papel para ninguna disposición de cumplimiento internacional en un nuevo acuerdo climático. Es como decirles a tus hijos que no pueden comer más chocolate y luego hacer la vista gorda cuando se comen cuatro Snickers, dos barritas Heath y una caja de Oreos. Las disposiciones de cumplimiento son necesarias porque responsabilizan a los países si no cumplen sus compromisos. Una disposición de cumplimiento sólida es lo único que ha hecho que todos los acuerdos ambientales internacionales funcionen. Es simplemente inaceptable que Estados Unidos debilite este componente vital de un acuerdo climático.

A pesar de todas sus deficiencias, el Protocolo de Kioto exige compromisos colectivos de reducción de emisiones legalmente vinculantes por parte de todos los países desarrollados. Las propuestas estadounidenses en las negociaciones eliminarían por completo estos dos elementos clave: los objetivos globales acordados de reducción de emisiones y las disposiciones internacionales de cumplimiento.

Durante los últimos dos años (al menos), un número creciente de activistas climáticos —de organizaciones ambientales, agencias internacionales de desarrollo, grupos religiosos y otros— han insistido en la necesidad de reducir las emisiones y financiar los países en desarrollo. Como pueden ver, es un tanto preocupante que, en lugar de avanzar en los mismos problemas que han plagado las negociaciones durante tanto tiempo, nos hayamos adentrado en una zona de peligro extremo. Una gran pregunta para la semana es: ¿Intentará Estados Unidos arrastrar al resto del mundo al caos climático o tendrá el mundo la valentía de pedirle al presidente Obama que se gane el Nobel y se comprometa a tomar las medidas necesarias para salvar nuestro planeta por nosotros y nuestros hijos?

—Kate Horner