Cuatro pasos para arreglar el Senado

Es hora de reformar las reglas del Senado.

A lo largo de mi carrera en Amigos de la Tierra, he instado a los senadores y a su personal a utilizar las herramientas parlamentarias a su disposición —amenazas o el uso efectivo de filibusterismo, retenciones anónimas, etc.— en casos que requieren una mayoría de 60 votos para bloquear la legislación a la que nos oponemos. Este método de obstruir la legislación perjudicial fue muy útil durante la administración Bush, cuando luchamos por proteger el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico de la explotación y retrasamos la aprobación del plan energético Bush-Cheney durante varios años. Sin embargo, siempre reconocimos que estas herramientas deben usarse con moderación, ya que, si se abusa, pueden volverse ineficaces.     

Desafortunadamente los tiempos han cambiado. Los republicanos en el Senado han utilizado el filibusterismo Un número sin precedentes de 359 veces desde 2006. Durante los 70 años anteriores, el filibusterismo se utilizó solo 385 veces. Ahora incluso se utiliza para impedir que el Senado, "el mayor órgano deliberativo del mundo", someta a debate legislación. El filibusterismo se ha transformado en una herramienta que no solo preserva el statu quo, sino que también impide que este sea cuestionado mediante el debate legislativo.

Amigos de la Tierra apoya el trabajo de una coalición que pide reformar las normas del Senado. Nuestros esfuerzos colectivos están contenidos en el paquete de reforma de reglas de la Resolución 4 del Senado e incluyen Cuatro reformas de sentido común:  

1. Camino claro hacia el debate: eliminar el filibusterismo en las mociones para proceder.  

2. Garantizar debates reales: poner fin al filibusterismo silencioso.

3. Agilizar las nominaciones: reducir el tiempo posterior al cierre.  

4. Restablecer el proceso de conferencia: eliminar el filibusterismo en las mociones para establecer un comité de conferencia.

Necesitamos reformar el reglamento del Senado para que se aprueben iniciativas importantes y largamente esperadas. Entre ellas se incluyen la legislación sobre el cambio climático, reforma de la financiación de campañas, una reforma migratoria, una política presupuestaria y fiscal que ayudará a nivelar el campo de juego entre el 98 por ciento y el 2 por ciento, así como reformar las reglas de votación para que sea más fácil votar.   

En el futuro, la reforma del reglamento del Senado podría dificultar la aprobación de leyes negativas y antiambientales. Si logramos algunas de las reformas que actualmente se encuentran estancadas en el Senado, estoy convencido de que el pueblo estadounidense y el proceso democrático contribuirán a garantizar que la mayoría del Senado siga impulsando políticas ambientales y de salud sólidas.