
¿Perforar o no perforar? El dilema de Obama sobre la perforación en alta mar
La administración Obama atraviesa una crisis de identidad ambiental. Por un lado, se comprometió a reducir las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero para legar a las futuras generaciones un planeta libre de contaminación y daños. Por otro lado, inició el proceso de planificación 2017-2022 para la exploración y perforación de petróleo y gas en la plataforma continental exterior del país. Si bien el Plan de Acción Climática del presidente Obama reconoce las consecuencias inmediatas y de gran alcance del cambio climático para la salud, la seguridad y la economía estadounidenses, parece dispuesto a permitir una mayor alteración climática, daños a nuestras zonas costeras y amenazas a la vida marina, todo en aras de los combustibles fósiles que solo beneficiarán a las compañías energéticas y disminuirán la seguridad energética de Estados Unidos.
La Ley de Tierras de la Plataforma Continental Exterior regula el arrendamiento y la explotación de petróleo y gas en aguas federales de la Plataforma Continental Exterior. Esta ley exige al secretario del Interior la elaboración de un plan quinquenal de arrendamiento que establezca un calendario de propuestas de subastas de arrendamiento que satisfagan de la mejor manera las necesidades energéticas del país, teniendo en cuenta los posibles impactos económicos, sociales y ambientales asociados a dichas actividades. El plan quinquenal vigente (2012-2017) entró en vigor el 27 de agosto de 2012 e incluía quince posibles subastas de arrendamiento en el oeste y centro del Golfo de México; parte del este del Golfo de México; y el Mar de Chukchi, el Mar de Beaufort y la Ensenada de Cook, frente a la costa de Alaska. Actualmente, solo una parte del este del Golfo de México se encuentra bajo una moratoria sobre las actividades de arrendamiento hasta el 30 de junio de 2022.
Las reservas marinas ya en producción aportan el 18 % de la producción nacional de petróleo y el 5 % de la de gas, y se estima que aún quedan por descubrir 90 mil millones de barriles de petróleo y 400 billones de pies cúbicos de gas natural. Si se confirmara su existencia y se explotaran, estas reservas liberarían más de 60 mil millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Esta cantidad de carbono es comparable al impacto climático del oleoducto Keystone XL y anularía entre 1000 y 2000 millones de toneladas de dióxido de carbono ahorradas gracias a las nuevas normas de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) sobre centrales eléctricas y vehículos.
La administración Obama debería imponer una moratoria a todas las nuevas actividades de arrendamiento y perforación en alta mar en la plataforma continental exterior por las siguientes razones:
- Los nuevos arrendamientos conducirán a una mayor producción de combustibles fósiles, lo que incrementará las emisiones de carbono y agravará la crisis climática. Para estabilizar el clima en o por debajo de los 2 grados Celsius, es fundamental que al menos dos tercios de las reservas mundiales de hidrocarburos permanezcan bajo tierra. Cinco años más de arrendamiento de petróleo y gas en la plataforma continental exterior no solo comprometerán al país con una mayor contaminación por carbono, sino que también retrasarán la transición hacia fuentes de energía sostenibles y bajas en carbono, así como hacia una mayor eficiencia energética.
- La exploración de petróleo y gas en alta mar implica estudios sísmicos que utilizan cañones de aire comprimido, los cuales se sabe que dañan y matan a la fauna marina. Las explosiones de estos cañones pueden alcanzar hasta 250 decibelios, lo que puede causar la muerte, pérdida de audición, alterar los patrones de alimentación y reproducción, e interrumpir la comunicación entre los animales marinos. Lamentablemente, la administración Obama autorizó recientemente el uso de cañones de aire comprimido para la exploración de petróleo y gas en las Áreas de Planificación del Atlántico Medio y Sur (que abarcan la zona entre Delaware y Florida), a pesar de que la Oficina de Gestión de la Energía Oceánica estimó que los estudios sísmicos podrían provocar la muerte de 138 200 mamíferos marinos en estas áreas para el año 2020.
- Las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derrames de Petróleo de 2011 para mejorar la seguridad de las perforaciones marinas aún no se han implementado, y las compañías de petróleo y gas no están preparadas para los riesgos asociados a estas perforaciones ni cuentan con planes de contingencia adecuados para mitigar los impactos de un posible derrame. Por ejemplo, Shell Oil se vio obligada a cancelar sus planes de perforación en el Ártico para 2013 y 2014 cuando una serie de accidentes demostró una grave falta de preparación para operar en la región. En enero de 2014, el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito dictaminó que el Departamento del Interior no analizó adecuadamente los posibles efectos ambientales de los arrendamientos de petróleo y gas en el Mar de Chukchi, donde Shell planeaba perforar.
- La perforación en alta mar no es económicamente viable. No solo no reducirá los precios del gas, sino que podría costar millones a las comunidades costeras en forma de playas dañadas, pesca perjudicada y disminución del turismo. Veinticinco años después del derrame de petróleo del Exxon Valdez, la pesca aún no se ha recuperado y el petróleo sigue afectando las playas de la costa del Golfo desde el derrame de BP Deepwater Horizon de 2010.
La concesión de nuevos arrendamientos de petróleo y gas en la plataforma continental exterior de nuestra nación es perjudicial para nuestro clima, la vida silvestre, la economía y las comunidades costeras, y no se corresponde en absoluto con la gestión responsable que esperamos de nuestro presidente. Para cumplir con la “obligación moral para con las futuras generaciones de dejarles un planeta no contaminado ni dañado”, el presidente Obama debería suspender todos los nuevos arrendamientos de petróleo y gas en aguas federales. Se aceptan comentarios del público sobre el plan quinquenal propuesto para el período 2017-2022 hasta el 31 de julio de 2014.
Imágenes: zonas costeras Bloqueado para perforación bajo el plan quinquenal 2012-2017.
La barcaza perforadora Kulluk de Shell, que encalló en el mar de Chuchki en diciembre de 2012; Wikimedia Commons
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