Día Mundial del Medio Ambiente: Celebrando la gestión comunitaria

La siguiente entrada del blog, del coordinador del programa Bosques y Biodiversidad de Amigos de la Tierra Internacional, Isaac Rojas, se publicó originalmente en foei.org.

Amigos de la Tierra Internacional celebra el Día Mundial del Medio Ambiente el 5 de junio de cada año desde 1973. Este año lo celebramos recordando la importancia de la gestión comunitaria de la biodiversidad.

Cuando hablamos de biodiversidad, nos referimos a la diversidad biológica, es decir, a la multitud de plantas, animales y ecosistemas que existen y son esenciales para la vida. Pero también nos referimos a la riqueza cultural asociada a esta diversidad biológica, que ha permitido a las personas preservar la naturaleza y beneficiarse de ella.

En Amigos de la Tierra Internacional nos enfocamos en fortalecer y promover proyectos de gestión comunitaria, como estos, filmados en Indonesia y Costa Rica.

Sin embargo, nuestra visión de la gestión de la biodiversidad es muy diferente a la que se promueve en los foros oficiales, la cual no se centra en el acceso y la gestión comunitaria de los recursos naturales, sino en el concepto de privatización de la biodiversidad. Por ejemplo, en el caso de Costa Rica, mi país, las autoridades han favorecido una actitud de "bioprospección". La bioprospección consiste en la búsqueda de elementos naturales que puedan ser utilizados por la industria farmacéutica o agrícola. Se aíslan los genes que determinan ciertas características de las plantas. Posteriormente, estos genes, mediante patentes y derechos de autor, se convierten en propiedad intelectual de corporaciones que afirman haber inventado algo por sí mismas, cuando en realidad solo han descubierto un elemento que siempre estuvo presente en la naturaleza. Así es como se privatiza la biodiversidad.

En Costa Rica, una institución privada llamada Instituto Nacional de Biodiversidad, respaldada por ciertos gobiernos, ha promovido este tipo de gestión de la biodiversidad prometiendo que las corporaciones multinacionales podrán ganar mucho dinero a partir de potenciales oportunidades de negocios.

Hoy, después de varios años, esas promesas aún no se han cumplido, y esa institución, otrora considerada un ejemplo mundial de bioprospección, hoy está en quiebra, lo que demuestra que privatizar la biodiversidad no es el camino a seguir.

Este tipo de enfoque también ha sido perjudicial para las comunidades locales y los pueblos indígenas, poniendo en peligro tanto sus derechos territoriales como su visión espiritual de la biodiversidad, al privatizar su riqueza genética.

Afortunadamente, el vínculo entre las comunidades locales, los pueblos indígenas y la naturaleza está protegido mediante el reconocimiento de los derechos comunitarios, incluidos los beneficios derivados de sus conocimientos tradicionales, por el Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Sin embargo, estos derechos siguen estando amenazados en la práctica por muchos gobiernos y grandes corporaciones, que están introduciendo nuevos instrumentos financieros destinados a gestionar la biodiversidad, bajo el pretexto de que están generando recursos para la protección y conservación de la naturaleza.

Es por esto que ahora vemos a gobiernos y empresas hablando de mecanismos de compensación que intentan compensar la destrucción de un ecosistema protegiendo otro —aunque es de conocimiento común que la biodiversidad es irremplazable debido a su singularidad— o que permiten a las empresas pagar por el derecho a contaminar a través del comercio de emisiones de carbono u otros mecanismos disponibles en los mercados financieros.

Ante estas nuevas amenazas, celebramos la gestión comunitaria de la biodiversidad como una alternativa justa y eficaz, y exigimos que los derechos de las comunidades sean promovidos y respetados por todos los países. Esto implica claramente que deben cesar los mecanismos y procesos financieros conocidos como la “financiarización de la naturaleza”.