
La decisión sobre la Cuenca del Pacífico: ¿Qué lecciones podemos extraer para el TPP?
El 14 de octubre de 2016, la empresa minera australiano-canadiense OceanaGold/Pacific Rim (Pac Rim) perdió un $301 millones de dólares Pac Rim presentó una demanda contra el pueblo de El Salvador ante un tribunal asociado al Banco Mundial. La empresa alegó que El Salvador violó los derechos de los inversionistas al no permitirle abrir una peligrosa mina de oro con lixiviación de cianuro en la cuenca del río Lempa.
La historia del caso Pac Rim es inquietante. Debido a la presión pública derivada de preocupaciones ambientales y de salud pública, el gobierno de El Salvador le negó a Pac Rim un permiso para extraer minerales en la cuenca del río Lempa, lo que llevó a Pac Rim a demandar. Lo que la empresa ignoró fue que el río es la fuente de más de 60 por ciento del agua en El Salvador.
Los salvadoreños que se oponían a la mina de oro de Pac Rim fueron amenazados y atacados. Por ejemplo, en tres incidentes separados en 2009, Gustavo Marcelo Rivera fue torturado y asesinado, Ramiro Rivera y Felicita Echeverría fueron brutalmente asesinados, y Dora Alicia Recinos Sorto, embarazada de ocho meses, fue asesinada y su pequeño hijo resultó herido.
Nunca se debería haber permitido que Pac Rim participara en este tipo de intento de extorsión legalizado. Pero hay una explosión de tales trajes en todo el mundo. El coste de estas demandas entre inversores y Estados también se está disparando.
Estas demandas se presentan principalmente en virtud de los términos de acuerdos comerciales o de inversión como el Acuerdo Transpacífico (TPP), que el Congreso podría someter a votación tras las elecciones de 2016. El TPP permitiría a las empresas recurrir a tribunales internacionales secretos donde pueden demandar a los gobiernos por millones o miles de millones de dólares si hay daños ambientales o otros intereses públicos Las regulaciones interfieren con las ganancias futuras esperadas. TransCanada, por ejemplo, está utilizando una disposición similar del Tratado de Libre Comercio de América del Norte para demandar a Estados Unidos por $15 mil millones para detener la construcción de la oleoducto Keystone XL.
Erich Pica, presidente de Amigos de la Tierra resumido Todo lo que está en juego: “Hoy somos testigos del coraje del pueblo salvadoreño, que, ante las amenazas, la violencia y los asesinatos, continúa la lucha contra la minería de oro que pone en peligro el agua que beben y la sostenibilidad de sus tierras agrícolas. Asimismo, exigimos el fin de los tratados comerciales injustos, incluido el Acuerdo Transpacífico, que otorga privilegios desmesurados a las corporaciones multinacionales.
Lea el análisis completo de Amigos de la Tierra aquí.
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