
Efectos de la contaminación de los cruceros en la vida marina
La industria de los cruceros es un sector gigantesco que mueve miles de millones de dólares. Desde su aparición a principios del siglo XX, los cruceros se consideraron un símbolo de lujo y la máxima expresión de la opulencia y el glamour. En la década de 1960, el crucero “moderno” comenzó a tomar forma. Se alejó de los barcos transatlánticos que sumergían a los visitantes en el lujo y empezó a ofrecer una experiencia más relajada para todos los bolsillos, con destinos como México y el Caribe.
Estas ciudades flotantes transportan a millones de viajeros año tras año, pero dejan tras de sí una estela de toxinas. Esta contaminación, especialmente la sostenida en el tiempo, ha afectado a la fauna marina, incluyendo delfines, peces y corales. El impacto ambiental de los cruceros en la vida marina no puede ignorarse, sobre todo a medida que la industria continúa creciendo.
¿Qué animales resultan perjudicados por los cruceros?
Lamentablemente, la fauna marina se ve perjudicada por los cruceros. No solo contaminan el aire y el agua con productos químicos tóxicos y desechos, sino que también generan contaminación acústica. Los océanos son cada vez más ruidosos y los animales marinos no pueden escapar de ello.
Cómo la contaminación de los cruceros perjudica a los animales
Los desechos de los cruceros contaminan el ecosistema marino. Los residuos sólidos, como vidrio, plástico y restos de comida, llegan al agua y terminan en el estómago de peces, tortugas marinas y otros animales marinos. Estas criaturas no pueden procesar estos objetos extraños, que pueden asfixiarlas o dañar su sistema digestivo, provocándoles la muerte.
Además, la contaminación acústica puede afectar la audición de las ballenas e interferir con su comportamiento. Y la contaminación del agua la enturbia y reduce los niveles de oxígeno, entre otras muchas cosas.
Cómo los cruceros perjudican a los animales más allá de la contaminación
Más allá de la contaminación, los cruceros representan un peligro para las ballenas. Las ballenas jorobadas, las ballenas azules y otras especies pueden ser difíciles de detectar desde la navegación. Incluso con programas de prevención de colisiones, muchas ballenas son golpeadas y mueren a causa de estos grandes buques. Debido a su gran tamaño, los barcos ni siquiera se dan cuenta de que han matado a una ballena hasta que llegan a puerto con un cadáver en la proa. En los últimos cinco años, la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) identificó al menos 112 ballenas varadas muertas con lesiones compatibles con colisiones con barcos. Sin embargo, esta alarmante estadística no incluye a las ballenas que nunca llegan a la costa. Se desconoce el número real de ballenas afectadas.
Efectos de la contaminación acústica en la vida marina
La contaminación acústica empeora cada vez más, con la creciente cantidad de barcos que surcan nuestros océanos. El ruido de los buques en movimiento se propaga hasta las profundidades marinas, donde reverbera de vuelta a la superficie. Estas vibraciones acústicas afectan la capacidad de los animales marinos para vivir en sus ecosistemas naturales sin sufrir daños. Desde los gruñidos del bacalao del Atlántico hasta los profundos bramidos de las ballenas azules, la típica sinfonía de sonidos de los océanos se ve ahogada por los barcos que transportan a millones de turistas de un destino a otro.
El ruido antropogénico ya se ha relacionado con impactos en la vida marina. Ha alterado comportamientos normales, dificultado la alimentación, aumentado el estrés y enmascarado la comunicación. Los cantos de las ballenas son mucho más fuertes ahora debido al ruido de los barcos; tienen que gritar para ser oídas. Muchos de estos impactos pueden provocar lesiones e incluso la muerte. Si a esto se le suman otros factores de estrés, como la contaminación del agua, se contribuye al deterioro general del ecosistema oceánico.
Efectos de la contaminación del agua en la vida marina
Los cruceros son ciudades flotantes, repletas de gente que busca ir de un destino turístico popular a otro. Pero a diferencia de las ciudades terrestres, estos barcos están llenos de personas y sus desechos humanos, sin ningún lugar donde depositarlos, excepto en el ecosistema oceánico. puertos de cruceros En alta mar, la industria de cruceros produce y vierte una cantidad exorbitante de residuos.
- Residuos sólidos. Este es el tipo de residuos que la gente recicla o desecha en su vida diaria. Sin embargo, en los cruceros, estos residuos se incineran. Vidrio, latas, cartón y plástico se reducen a cenizas que pueden ser vertidas al océano. Los viajeros descuidados también arrojan residuos sólidos por la borda.
- Aguas negras. Los grandes cruceros pueden albergar hasta 7000 personas. Y esas 7000 personas tienen que verter sus desechos en el sistema de plomería del crucero. Estos desechos —de miles de personas— terminan vertidos al océano.
- Aguas grises. Esta mezcla desordenada de agua procedente de duchas, cocinas, fregaderos y limpieza acaba vertiéndose en las aguas oceánicas.
Pero eso es solo la punta del iceberg en lo que respecta a los residuos de los cruceros. Agua de sentina aceitosa, aguas residuales del depurador, Los desechos peligrosos y los lodos de depuradora acaban en nuestros océanos. Los cruceros a veces tratan los desechos antes de verterlos, mientras que otros desechos llegan al océano sin tratamiento.
El océano es uno de los ecosistemas más sensibles del planeta. Los arrecifes de coral protegen las costas de la erosión y las tormentas, brindan refugio a los organismos marinos y son fuente de nutrientes y nitrógeno para las cadenas alimentarias marinas. Son una pieza fundamental del ecosistema oceánico. Sin embargo, los arrecifes de coral están al borde de la extinción. Cuando se vierten desechos de cruceros al océano, se crea acidificación en las aguas y se reducen los niveles de oxígeno. El resultado: floraciones de algas que amenazan aún más los arrecifes de coral.
La compleja vida marina que habita nuestros océanos está siendo envenenada por los desechos de los barcos vertidos en su hábitat.
Efectos a largo plazo de la contaminación oceánica
La fauna marina lleva más de un siglo expuesta a la contaminación de los cruceros. Pero con el paso del tiempo, la contaminación se intensifica. Nuestros arrecifes de coral están muriendo. Los desechos asfixian y matan a tortugas, peces y otras especies marinas. Los productos químicos utilizados en el tratamiento de los desechos pueden dañar los sistemas reproductivos de los animales. La contaminación acústica afecta al sonar de los animales que dependen de él.
¿Qué consecuencias tendrá esto a largo plazo? Quizás nos quedemos sin arrecifes de coral ni orcas. Y cada vez más especies marinas estarán al borde de la extinción.
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