Ambientalistas amenazados y asesinados en El Salvador

Los ambientalistas salvadoreños luchan por la prohibición de proyectos mineros destructivos frente a ataques físicos en su país y ataques legales desde el extranjero autorizados por un acuerdo comercial con Estados Unidos.

Desde 2009, líderes comunitarios, personal de una emisora de radio local y un sacerdote han sido amenazados, agredidos o intimidados por sus esfuerzos para proteger el agua, los recursos naturales y los medios de subsistencia de El Salvador frente a proyectos mineros dañinos. 

El último atropello ocurrió el 20 de enero de 2012. El padre Neftalí Ruiz, líder del movimiento antiminería, permitió la entrada a su casa a tres jóvenes que dijeron estar interesados en el trabajo social. Una vez dentro, le ataron las manos y los pies. Registraron su computadora y revisaron sus pertenencias. Le robaron su computadora portátil, sus teléfonos celulares y un disco duro externo; todo ello, presumiblemente, contenía información relacionada con el movimiento antiminería. Los hombres no pidieron dinero. Según el padre Neftalí, se mantuvieron en comunicación con una persona que, al parecer, dirigía el registro de su casa.

Desde 2009, el padre Neftalí ha sido acosado repetidamente debido a su papel de liderazgo en la comunidad.  Es secretario de la junta directiva del Comité Ambiental de Cabañas (CAC) y miembro de la Mesa Nacional contra la Minería Metálica. El año pasado recibió amenazas de muerte por mensajes de texto. El obispo católico, monseñor Francisco Sol, afirmó que este último incidente no fue un delito menor.“

En un comunicado de prensa, la Mesa declaró: “Este nuevo ataque contra la vida, la integridad y el trabajo del CAC y la Mesa Redonda Nacional contra la Minería Metálica nos obliga, una vez más, a expresar nuestra enérgica desaprobación, así como a condenar la ola de persecución contra ambientalistas y defensores de derechos humanos que, como el padre Neftalí, han sufrido un trato similar desde el inicio de la lucha contra la minería en El Salvador”.”

El ataque contra el padre Neftalí es, lamentablemente, el último de una larga historia de violencia en esa región. En 2009, tres activistas contrarios a la minería en El Salvador fueron asesinados.

• Gustavo Marcelo Rivera, cofundador de la Asociación Amigos de San Isidro Cabañas, fue torturado y asesinado en junio de 2009.
• Ramiro Rivera, presidente del Comité Ambiental de Cabañas para la Defensa del Agua y la Cultura, fue asesinado junto con Felicita Echeverría el 20 de diciembre de 2009.
• Dora Alicia Recinos Sorto, embarazada de ocho meses, fue asesinada el 26 de diciembre de 2009 por sicarios que buscaban a su esposo. Su hijo pequeño también resultó herido.

La ironía de esta trágica historia es que, tras años de lucha por parte de Mesa y las comunidades locales, su movimiento antiminería, cada vez más exitoso, se ve amenazado por una demanda interpuesta por la corporación Pac Rim en virtud del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos.

Pac Rim se trasladó a El Salvador para extraer oro mediante un proceso de lixiviación con cianuro, peligroso para el medio ambiente y que amenazaba con contaminar el agua potable de comunidades pobres. Las actividades de exploración de Pac Rim afectaron los cursos de agua locales en un país que ya sufría escasez hídrica.

El proyecto minero de Pac Rim y otros proyectos similares iniciados por inversores extranjeros desencadenaron una trágica serie de acontecimientos.. Algunas élites salvadoreñas, en una búsqueda despiadada de riqueza, ignoraron los altos costos ambientales y sociales de la minería, impactos que recaen principalmente sobre los menos afortunados.   

A pesar de los ataques contra defensores del medio ambiente y de los derechos humanos, la Mesa y sus aliados defendieron los derechos de los salvadoreños al agua, a la vida y a un medio ambiente sano. La Mesa impulsó un diálogo social y democrático exigiendo la prohibición de la minería de metales en El Salvador. En respuesta, el gobierno decidió realizar una evaluación estratégica del impacto ambiental de la minería en el país. 

Como resultado de la presión pública, El Salvador le negó a Pac Rim un permiso de minería, lo que la llevó a demandar al amparo del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y Canadá (CAFTA). Un tribunal del Banco Mundial está examinando el caso y en breve decidirá si acepta su jurisdicción. Amigos de la Tierra ha instado al tribunal a desestimar la demanda de Pac Rim y ha advertido al Congreso y al Representante Comercial de Estados Unidos sobre la amenaza que representan acuerdos comerciales como el CAFTA para el medio ambiente y el interés público. El capítulo sobre inversiones del CAFTA otorga a corporaciones transnacionales como Pac Rim amplios derechos para impugnar medidas ambientales e incluso reclamar compensación económica.

Pero lejos de responder a estas preocupaciones, La Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) está promoviendo más de lo mismo al impulsar un capítulo de inversión al estilo del CAFTA para el Acuerdo Transpacífico (TPP).. El TPP es un pacto comercial propuesto para los países de la Cuenca del Pacífico; con el tiempo podría convertirse en uno de los acuerdos comerciales más grandes del mundo.

Los negociadores del TPP no deben ignorar la tragedia de El Salvador. Los sacrificios del Padre Neftalí y la Mesa no deben ser en vano. Hay que honrar la memoria de Gustavo Marcelo Rivera, Ramiro Rivera y Dora Alicia Recinos Sorto. La mejor manera en que los negociadores del TPP podrían hacerlo es asegurando que empresas como Pac Rim no reciban privilegios extraordinarios para emprender acciones legales contra gobiernos que actúan en pro del interés público; y que se respeten los logros de las comunidades locales que participan en procesos pacíficos y democráticos.