Protejamos el Pacífico de Trump

WCuando la plataforma Deepwater Horizon explotó y vertió más de 210 millones de galones de petróleo en el Golfo de México, la opinión pública observó y esperó durante seis meses una solución a la crisis. La lección del desastre: la perforación petrolífera en alta mar es una catástrofe anunciada.

Pero ahora, Trump quiere provocar un desastre ambiental en las playas y el litoral de California.

El jueves 8 de febrero, los residentes de California se congregarán en una reunión pública en Sacramento para manifestar su oposición al borrador del plan quinquenal de arrendamiento de petróleo y gas. Si logra su objetivo, Donald Trump abriría agresivamente las aguas oceánicas del país, incluyendo extensas áreas frente a la costa de California, a la perforación en alta mar por parte de las mismas compañías responsables del derrame de Deepwater Horizon.

La perforación petrolífera en alta mar es una catástrofe anunciada.

Los californianos reconocen que este plan representa una amenaza para el legado natural y económico de las comunidades costeras de todo el país y del estado. Esta opinión es compartida mayoritariamente por los californianos que han vivido toda su vida con un profundo aprecio por nuestras valiosas costas naturales.

Los riesgos ambientales, climáticos, sanitarios, de seguridad y económicos derivados de la agenda energética extrema de Trump son numerosos, pero no son los únicos peligros que presenta la expansión de las perforaciones marinas.

La verdad es que las tendencias erráticas del actual Secretario del Interior, Ryan Zinke, quedaron al descubierto cuando anunció por Twitter que eximiría a Florida del plan de perforación a petición de un gobernador republicano que desea participar en una reñida contienda por el Senado. El público no debería tener ninguna confianza en que Trump respetará las leyes fundamentales que protegen nuestro medio ambiente ni el derecho de la ciudadanía a expresar su opinión sobre su decisión de perforar frente a nuestras costas.

Afortunadamente, contamos con herramientas que no solo pondrían un freno legal y físico rápido y efectivo a la amenaza de la expansión de las ventas de arrendamientos en alta mar, sino que también enviarían un mensaje contundente a las comunidades costeras de todo el país de que el desastroso plan de perforación en alta mar de Trump y Zinke puede detenerse.

Los líderes demócratas de la Asamblea y el Senado de California han presentado un proyecto de ley que detendría de facto cualquier expansión de la perforación petrolera en nuestras costas. Al prohibir el desarrollo de cualquier infraestructura nueva para combustibles fósiles, como oleoductos, necesaria para operar nuevos arrendamientos, en todos los terrenos costeros bajo la jurisdicción de la Comisión Estatal de Tierras, nuestro estado puede frenar este peligroso plan.

Con ambas cámaras bajo control demócrata y un gobernador demócrata, tenemos una oportunidad innegable para aprobar esta legislación estratégicamente elaborada. Al dar este paso, los líderes políticos de California, comprometidos con resistir la agenda extremista de Trump, finalmente pueden tomar medidas concretas para detener los ataques de su administración contra nuestro medio ambiente.

El 8 de febrero, debemos asegurarnos de que el presidente Trump y el secretario Zinke escuchen a los californianos que rechazan esta propuesta de expandir la perforación petrolera en alta mar frente a nuestras costas y en todas las aguas oceánicas de nuestra nación. El liderazgo demócrata en Sacramento debe escuchar nuestro llamado a actuar contra los planes de Trump. Aprueben esta legislación ahora y envíen un mensaje claro a la Administración Trump y a las grandes petroleras: Ampliar la perforación petrolera en aguas federales frente a la costa de California no es una opción.