
Descubra la verdad sobre las empresas de pesticidas
Los alimentos orgánicos deberían ser la norma, pero la industria de los pesticidas tiene un gran interés económico en mantener sus productos tóxicos en el mercado. Se estima que los costos ambientales y sanitarios del uso de pesticidas en Estados Unidos superan los 12 mil millones de dólares anuales. Mientras tanto, los principales fabricantes de pesticidas obtienen más de 150 mil millones de dólares en ganancias cada año gracias a los pesticidas y otras tecnologías agrícolas.
La industria de los plaguicidas ha experimentado una consolidación masiva en los últimos años, y tan solo cuatro corporaciones controlan ahora más del 84 % del mercado: Bayer-Monsanto, DowDuPont, Syngenta-ChemChina y BASF. Estas empresas invierten decenas de millones de dólares en presionar a los legisladores y financiar pseudociencia y grupos pantalla que engañan a la opinión pública sobre los daños de los plaguicidas. Un informe de las Naciones Unidas acusa a las empresas de plaguicidas de “negación sistemática de los daños”, “tácticas de marketing agresivas y poco éticas” y un fuerte cabildeo ante los gobiernos que ha “obstaculizado las reformas y paralizado las restricciones mundiales a los plaguicidas”.”

Mercaderes de veneno
Un estudio de caso sobre desinformación, ciencia corrupta y dudas fabricadas sobre el glifosato.

Las 10 principales verdades sobre los pesticidas
Los plaguicidas tienen impactos catastróficos en el medio ambiente, la salud humana y la sociedad, según un informe de las Naciones Unidas que desmiente el mito de que los plaguicidas son necesarios para alimentar a una población mundial en crecimiento.
Algunos de los plaguicidas más utilizados hoy en día, que encontramos en los participantes de nuestro estudio, tuvieron su origen en armas de guerra. Una clase de los insecticidas más comunes, los organofosforados, se desarrollaron como agentes neurotóxicos durante la Segunda Guerra Mundial. El 2,4-D, uno de los cinco plaguicidas más utilizados en Estados Unidos, constituía la mitad del tristemente célebre Agente Naranja, empleado como defoliante en la guerra de Vietnam y vinculado al cáncer en veteranos y vietnamitas. Sus formulaciones no han sufrido cambios sustanciales en los años posteriores.
Si bien la Unión Europea ha prohibido o restringido 246 plaguicidas, muchos de ellos se utilizan ampliamente en Estados Unidos. Entre estos se incluyen el herbicida disruptor hormonal atrazina y la clase de sustancias químicas conocidas como neonicotinoides, que son una de las principales causas de la pérdida masiva de polinizadores y la mortandad de abejas.
Se estima que los costos ambientales y sanitarios derivados del uso de plaguicidas en Estados Unidos superan los 1.400 millones de dólares anuales. Las Naciones Unidas afirman que los plaguicidas tienen “impactos catastróficos en el medio ambiente, la salud humana y la sociedad en su conjunto” en un informe que desmiente el mito de que son necesarios para alimentar a una población mundial en crecimiento.
Es hora de dejar de usar productos químicos tóxicos para cultivar nuestros alimentos. Hay otra manera. Los agricultores ecológicos cultivan alimentos en abundancia sin utilizar los aproximadamente 17.000 productos pesticidas permitidos en la agricultura no ecológica.
Si queremos crear un sistema alimentario saludable que beneficie a todos y proteja la salud de las personas y del planeta, debemos poner fin a la desmesurada influencia de la industria de los pesticidas. Cuanto más expandamos la agricultura orgánica a través de cambios en el mercado y en las políticas, más recuperaremos nuestro sistema alimentario de las manos de las empresas de pesticidas.
Juntos, tenemos el poder de hacer que lo orgánico sea para todos.
Apoyar la agricultura orgánica significa protegerte a ti y a tu familia de los pesticidas tóxicos, y también significa proteger a los agricultores, trabajadores agrícolas y comunidades rurales que se encuentran en la primera línea de la exposición a los pesticidas. La agricultura orgánica también protege, en lugar de dañar, los ecosistemas que sustentan toda la vida. Únete a nosotros para crear un sistema alimentario saludable, sostenible y justo para todos.

