Hatch y Wyden presentan el mismo modelo Fast Track de siempre

El plan cerraría la escotilla a la democracia y ampliaría la desigualdad de ingresos

WASHINGTON, DC – Los senadores Orrin Hatch (republicano por Utah) y Ron Wyden (demócrata por Oregón) presentaron un plan para otorgar al Ejecutivo autoridad expedita sobre acuerdos comerciales. Denominado "Fast Track", el plan anunciado hoy es casi idéntico al proyecto de ley Fast Track rechazado por el Congreso y el público en 2014. De aprobarse, Fast Track agilizaría la aprobación en el Congreso de dos importantes acuerdos comerciales sin necesidad de enmiendas ni la debida consideración. Los acuerdos comerciales Transatlántico y Transpacífico, ambos actualmente en negociación por la administración Obama, permitirían a las grandes petroleras y a los financieros de Wall Street demandar por millones en compensación por el costo de cumplir con las regulaciones ambientales y de otro tipo. En términos más generales, los acuerdos comerciales del Atlántico y del Pacífico prevalecerían sobre las salvaguardias sensatas relacionadas con la seguridad alimentaria, las sustancias químicas tóxicas y el calentamiento global. Si se aprueba Fast Track, estos acuerdos comerciales podrían ser aprobados por el Congreso.

El proyecto de ley Hatch-Wyden otorgaría al poder ejecutivo poderes que los redactores de la Constitución pretendían que el Congreso ejerciera, entre ellos:

• El poder de eludir la revisión ordinaria del comité del Congreso y presentar directamente la legislación para votaciones obligatorias y aceleradas en la Cámara de Representantes y el Senado;
• El poder de anular el control de la Cámara y el Senado sobre sus calendarios de votaciones en el pleno; y
• El poder de prohibir cualquier modificación a un acuerdo comercial.

El presidente de Amigos de la Tierra, Erich Pica, ofrece la siguiente declaración sobre la introducción del proyecto de ley Hatch-Wyden para la autoridad de promoción comercial:

Esta es la última de una serie de flagrantes maniobras que revelan que el liderazgo republicano del Congreso representa únicamente la voluntad del uno por ciento más rico de las personas, las grandes empresas y sus donantes, no la de nosotros, el pueblo. En medio de una letanía de concesiones a los superricos, un ataque agresivo a las leyes ambientales fundamentales y un descarado desprecio por los sindicatos y los trabajadores, este plan es solo un acuerdo nominal.

El proyecto de ley de vía rápida Hatch-Wyden es el mismo modelo de legislación de promoción comercial a puerta cerrada. El Congreso no debe ceder su autoridad constitucional ni facilitar la ratificación de planes comerciales ambientalmente destructivos como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). No hay excusa para que el senador Wyden, dada la amplia oposición al proyecto de ley en su estado natal, Oregón, traicione el medio ambiente y a los trabajadores de esta manera.

Acelerar la implementación de estos poderes le permite al Congreso eludir su responsabilidad, cerrando así la puerta a la democracia y ampliando la desigualdad de ingresos.

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