Sentencia federal pone en duda el futuro de los reactores de Diablo Canyon

Amigos de la Tierra: La decisión es el principio del fin para la problemática central nuclear

WASHINGTON, D.C. – En una importante victoria que podría marcar el principio del fin de los reactores nucleares de Diablo Canyon, los Comisionados Reguladores Nucleares de EE. UU. dictaminaron que una Junta de Licencias de Seguridad Atómica decidirá si Pacific Gas & Electric Co. pudo alterar ilegalmente la licencia de la planta. Esta alteración busca ocultar el riesgo de las potentes fallas sísmicas descubiertas desde su diseño y construcción. La remisión del asunto por parte de la Comisión a la junta de licencias es similar a una medida que presagió el cierre de la planta nuclear de San Onofre de Southern California Edison hace dos años.

“Esta es una gran victoria que podría marcar un antes y un después para un futuro sin energía nuclear en California”, declaró Damon Moglen, de Amigos de la Tierra, quien presentó una petición a la NRC. Moglen afirmó que la enmienda secreta de la licencia era una maniobra ilegal diseñada para evitar la celebración de una audiencia pública sobre el tema, como lo exige la ley federal. “PG&E ahora está siguiendo el mismo camino que obligó a Southern California Edison a cerrar el suministro de San Onofre”, añadió Moglen.

En un fallo de 3 a 1 emitido hoy, los comisionados dictaminaron que la petición de Amigos de la Tierra será considerada por un panel de expertos de la junta de licencias. Amigos de la Tierra alegó que PG&E opera los reactores nucleares de la década de 1960 en Diablo Canyon incumpliendo su licencia y exigió el cierre inmediato de los reactores a la espera de audiencias públicas que demuestren su seguridad.

La Comisión no se pronunció sobre el cierre de los reactores en espera de las audiencias públicas, pero dictaminó que las cuestiones de seguridad deberían ser consideradas ahora por el director ejecutivo de operaciones de la Comisión.

La decisión de hoy es prácticamente idéntica a la que la Comisión tomó en noviembre de 2012 en respuesta a una petición similar de Amigos de la Tierra en relación con los reactores nucleares dañados en San Onofre. En ese caso, la junta de licencias dictaminó en mayo de 2013 que se debían celebrar audiencias públicas como parte de un procedimiento formal de modificación de la licencia para evaluar la seguridad de San Onofre. Cuando Edison anunció el cierre de San Onofre unas semanas después, se refirió a la decisión de la ASLB.

“Esta decisión es, sin duda, el principio del fin para Diablo Canyon”, declaró Dave Freeman, exdirector de la Autoridad Federal del Valle de Tennessee, el Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles y el Distrito Municipal de Servicios Públicos de Sacramento. “PG&E no se saldrá con la suya operando Diablo Canyon cuando la planta no pueda soportar el movimiento del terreno causado por las fallas sísmicas que ahora sabemos que rodean estos reactores”, declaró Freeman, asesor especial de Amigos de la Tierra.

El fallo se produce días después de que la NRC enviara a PG&E una carta exigiéndole que realizara estudios de riesgo sísmico adicionales para demostrar si Diablo Canyon —la última planta nuclear de California, ubicada en la costa del Pacífico cerca de San Luis Obispo— opera dentro de los límites de su licencia. Diablo Canyon es una de las dos únicas plantas nucleares que la NRC clasificó como de alta prioridad para el estudio de riesgo sísmico.

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