La administración Obama manipula el informe sobre derechos humanos para acelerar la participación de Malasia en el TPP.

WASHINGTON, DC. – La administración Obama ha eliminado a Malasia de la lista del Departamento de Estado de países flagrantes violadores de los derechos humanos relacionados con la trata de personas, para que el Congreso pueda otorgarle una consideración acelerada, como parte del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Una disposición en la legislación recientemente aprobada sobre la Autoridad de Promoción Comercial impide al Congreso la consideración de una votación rápida a favor o en contra de los acuerdos comerciales con los llamados países de "Nivel 3" identificados en la lista del Departamento de Estado. Informe sobre la trata de personas Malasia tenía el peor historial en la lucha contra la trata de personas. Al promulgarse la TPA, Malasia figuraba como país de nivel 3. Ahora, ha sido reclasificada por razones políticas evidentes.

Un importante motor económico de la trata de personas en Malasia es la rápida expansión de las plantaciones industriales de aceite de palma, que utilizan el trabajo forzoso de migrantes para satisfacer la alta demanda de compradores multinacionales como Cargill y Proctor & Gamble de este aceite vegetal barato, utilizado en miles de productos alimenticios e industriales. Las plantaciones corporativas de aceite de palma en Malasia son taladas en vastas extensiones de selva tropical, lo que amenaza a especies en peligro de extinción y agrava el calentamiento global.

Ben Schreiber, director del programa de clima y energía de Amigos de la Tierra Estados Unidos, hizo la siguiente declaración:

Manipular el informe del Departamento de Estado sobre la trata de personas para acelerar la participación de Malasia en el acuerdo comercial del Pacífico es cruel. No hay fundamento para mejorar la situación de Malasia en materia de derechos humanos. El reciente descubrimiento de fosas comunes con víctimas de tráfico de personas en Malasia deja claro que este problema no ha desaparecido. Este desagradable episodio pone de manifiesto la disposición del gobierno de Obama a sacrificar los derechos de los trabajadores migrantes malasios en aras de las ganancias corporativas. Las plantaciones de aceite de palma y las multinacionales que compran su producto barato y ambientalmente destructivo continúan devastando las selvas tropicales de Malasia.

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