Banco Mundial, Cambio Climático y Financiación Energética

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Un nuevo informe titulado, que examina siete estudios de caso, Banco Mundial, Cambio Climático y Financiación Energética: ¿Algo viejo, algo nuevo?Demuestra la labor del Grupo Banco Mundial en todo el mundo en materia de cambio climático y proyectos energéticos. Explica cómo el Banco Mundial canaliza su financiación y el impacto de estos fondos sobre el terreno.

Con un historial de causar daños ambientales y sociales, aumentar la contaminación que provoca el cambio climático, evadir las salvaguardias y la rendición de cuentas, y fracasar en la reducción de la pobreza, el Banco Mundial debe realizar cambios radicales en su forma de operar.

Como se observa a lo largo de este informe, financiar proyectos de infraestructura a gran escala para la generación de energía e ingresos, práctica común del Banco Mundial, difícilmente generará un efecto de goteo que alivie la pobreza o lleve electricidad a quienes carecen de ella. Por el contrario, suele beneficiar principalmente a la industria exportadora de alto consumo energético y a los centros urbanos, así como a las grandes empresas agroindustriales. Además, si bien el Banco Mundial ha documentado rigurosamente los impactos desproporcionados que el cambio climático tendrá —y ya está teniendo— sobre las poblaciones más pobres del mundo, la institución ha incrementado enormemente la financiación de combustibles fósiles en los últimos años, alcanzando un aumento del 4001% entre 2006 y 2010, según el Centro de Información del Banco.

Es crucial destacar en este momento el daño que los proyectos del Banco Mundial han causado en los países en desarrollo por varias razones. Primero, el Banco Mundial está revisando su Estrategia del Sector Energético por primera vez en más de una década. Segundo, el presidente Obama solicitó más de 117 millones de dólares en nuevos fondos para la institución. Y, por último, el Banco Mundial aspira a tener un papel influyente en el nuevo Fondo Verde para el Clima de la ONU, que ayudará a los países en desarrollo a afrontar el cambio climático y a transitar hacia economías limpias.

Sin una transformación radical, el Banco Mundial seguirá sin estar a la altura de su lema de “Trabajar por un mundo libre de pobreza”, al tiempo que socavará cualquier intento que haga por asumir el liderazgo en la lucha contra el cambio climático y la aceleración de la transición hacia economías bajas en carbono.

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