
Documentos revelan la gestión irresponsable de AquaBounty antes de las multas por violaciones ambientales al salmón transgénico
Una carta a la FDA describe cómo los cambios en los planes de AquaBounty para la producción de salmón transgénico aumentan el riesgo de escape accidental y contradicen la revisión regulatoria pendiente de la FDA.
WASHINGTON, DC – Food & Water Watch, el Centro para la Seguridad Alimentaria y Amigos de la Tierra nuevamente llamado a La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) denegó la solicitud regulatoria de AquaBounty Technologies (LON: ABTX) para salmón transgénico, ya que nuevas pruebas de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) demuestran que la compañía previamente delegó la responsabilidad de la mayoría de las medidas de seguridad de sus instalaciones panameñas, incluyendo el cumplimiento normativo y la seguridad de la operación, a un contratista independiente. La noticia de esta decisión gerencial, manifiestamente irresponsable, surge tras las recientes revelaciones de que AquaBounty admitió haber incumplido numerosas leyes ambientales en su planta de producción experimental de salmón transgénico en Panamá.
Documentos que AquaBounty presentó a la SEC, parte de la oferta de la compañía de biotecnología para unirse al mercado de valores NASDAQ, indican que en 2013 AquaBounty entregó la gestión de sus instalaciones panameñas a un cultivador independiente, cuya muerte este verano aparentemente dejó las instalaciones en un estado precario durante varias semanas antes de que la compañía negociara un nuevo contrato de arrendamiento con nuevos operadores.
“A veces, ni siquiera AquaBounty parece saber lo que ocurre en Panamá”, declaró Wenonah Hauter, directora ejecutiva de Food & Water Watch. “El terrible historial ambiental de AquaBounty, que incluye una falla de seguridad que provocó la pérdida de salmón en Panamá e infracciones regulatorias relacionadas con la seguridad ambiental, es una consecuencia previsible de la despreocupación de la empresa en la cría de este pez tan peligroso‘.’
Si bien AquaBounty y la FDA han pregonado desde hace tiempo el control total que la empresa ejercería sobre sus instalaciones panameñas para prevenir fugas y robos, los documentos regulatorios presentados por la empresa ante la SEC revelan una historia diferente. Una copia de un contrato que AquaBounty firmó en 2013 con un contratista independiente muestra que la empresa transfirió la mayoría de las responsabilidades administrativas —incluyendo el cumplimiento normativo, la seguridad de las instalaciones y otras prácticas cotidianas— a un contratista independiente, del que se sabe poco.
“AquaBounty no ha podido cumplir con la ley porque carece de la capacidad, la sofisticación, la voluntad o de todas las anteriores”, declaró George Kimbrell, abogado principal del Centro para la Seguridad Alimentaria. “La FDA está peligrosamente desconectada de la plataforma de producción en constante evolución de la empresa, impulsando la solicitud de AquaBounty basándose en sus promesas, no en la realidad”.”
De aprobarse, el salmón de AquaBounty sería el primer animal genéticamente modificado que los organismos reguladores permitirían incorporarse al suministro de alimentos en todo el mundo. El plan de producción inicial de AquaBounty es producir salmón transgénico en una planta de producción en Panamá y exportar filetes de salmón a los consumidores estadounidenses.
“Las contradicciones de AquaBounty son demasiadas y demasiado condenatorias como para que la FDA siga con los brazos cruzados”, declaró Dana Perls, activista de alimentos y tecnología de Amigos de la Tierra. “Una vez que estos salmones transgénicos escapen y entren en la naturaleza, podría haber impactos irreversibles en las poblaciones y los ecosistemas de salmón salvaje”.”
A finales de octubre de 2014, se hizo público que los reguladores panameños habían impuesto a AquaBounty una multa de $9,500 (casi la cantidad máxima permitida) por reiteradas infracciones ambientales en sus instalaciones panameñas. La empresa, que previamente había negado cualquier irregularidad, admitió su culpa y pagó la multa.
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Contactos de prensa:
Abigail Seiler, Centro para la Seguridad Alimentaria, (202) 547-9359, [email protected]
Kate Colwell, Amigos de la Tierra, (202) 222-0744, [email protected]
Richard Bindell, Food & Water Watch, (202) 683-2457, [email protected]
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