Cinco días después del asesinato de Berta Ceres, las autoridades hondureñas no han logrado hacer justicia

Amigos de la Tierra exige el regreso seguro de Gustavo Castro a México

WASHINGTON, DC – Tras el asesinato de la reconocida activista ambiental indígena Berta Cáceres en Honduras la noche del 3 de marzo, los colegas de Berta en el Consejo de Organizaciones Indígenas y Populares de Honduras — COPINH — continúan enfrentando una represión constante.

Gustavo Castro, coordinador de Amigos de la Tierra México, quien resultó herido en el ataque, se encuentra bajo custodia de las autoridades hondureñas. El Sr. Castro fue testigo del asesinato y también recibió una herida de bala durante el ataque, y se encuentra en peligro inminente mientras permanezca en Honduras. Amigos de la Tierra se une a organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo para exigir la liberación inmediata de Gustavo Castro y el fin de la criminalización de activistas ambientales y defensores de la tierra en Honduras.

“El asesinato de Berta Cáceres fue un asesinato político”, declaró Jeff Conant, activista internacional sénior sobre bosques de Amigos de la Tierra EE. UU. “Ahora, el Estado hondureño parece estar manipulando la investigación para continuar criminalizándola y difamándola a ella y al Consejo de Organizaciones Indígenas y Populares de Honduras. El Departamento de Estado de EE. UU. debería tomar medidas inmediatas para retirar la ayuda de seguridad a Honduras y presionar a las autoridades hondureñas para garantizar la seguridad y la pronta liberación de nuestro colega Gustavo Castro, de Amigos de la Tierra México”.”

Según el COPINH, la madrugada del 2 de marzo, día del asesinato de Berta Cáceres, testigos vieron a sicarios de DESA en un vehículo Ford 150 azul cerca de La Esperanza, y los escucharon hablar mal de Berta Cáceres; el 20 de febrero de 2016, durante la protesta del COPINH contra la represa hidroeléctrica Agua Zarca, el vicealcalde de San Francisco de Ojuera pidió públicamente que mataran a Berta Cáceres; el 16 de febrero de 2016, hombres armados siguieron a Berta Cáceres y otros miembros del COPINH cerca de Río Blanco; y el 25 de febrero, durante el desalojo forzoso de familias lencas del COPINH en Jarcia, Guinse, Intibuca, por parte de la policía y militares, un miembro de la unidad policial de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DGIC) acosó a Berta Cáceres y le dijo que no se harían responsables si algo le pasaba.

“Seguimos temiendo por la vida de nuestro compañero Gustavo Castro y pedimos que las autoridades estadounidenses hagan todo lo que esté a su alcance para garantizar su seguridad, asegurar que los responsables del asesinato de Berta Cáceres sean llevados ante la justicia y poner fin a la criminalización de activistas ambientales en Honduras”, dijo Erich Pica, presidente de Amigos de la Tierra Estados Unidos.

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