Alimentación y agricultura

Durante décadas, las políticas alimentarias y agrícolas de Estados Unidos, el poder corporativo y la ciencia agrícola se han orientado hacia un objetivo limitado: producir la mayor cantidad de calorías posible al menor costo posible. La confluencia de estas fuerzas ha creado un caudaloso sistema de agricultura industrial tóxica y de alto consumo energético. Un creciente número de datos científicos nos indica que este sistema está colapsando; como sociedad, estamos deteriorando la salud pública, la seguridad laboral, las economías locales, el bienestar animal y la resiliencia de los ecosistemas de los que dependemos. Es hora de cambiar el rumbo. Además de producir alimentos, debemos cultivar de una manera que proteja la salud de las personas y del planeta.

La buena noticia es que existen soluciones, siempre y cuando los legisladores, la ciudadanía y las empresas estén dispuestos a realizar los cambios que son cruciales. El Programa de Alimentación y Agricultura de Amigos de la Tierra trabaja para lograr una rápida transición de nuestro sistema alimentario hacia uno sostenible, saludable y justo: el sistema alimentario del futuro. Buscamos tres cambios fundamentales en nuestro sistema alimentario: de un sistema tóxico y con un uso intensivo de químicos a uno saludable y ecológicamente regenerativo; de uno controlado por las grandes corporaciones a uno gobernado democráticamente; y de un sistema que encarna las mayores desigualdades de nuestra sociedad a uno que promueva la justicia y satisfaga las necesidades de todos los consumidores, tanto ahora como en el futuro.

Tecnología responsable

La tecnología responsable utiliza el ingenio humano para abordar problemas públicos y ambientales urgentes, en lugar de generar nuevos productos comerciales que beneficien los resultados empresariales a costa de las personas y el planeta. Amigos de la Tierra aboga por un enfoque responsable de la innovación, guiado por el interés público, la justicia social y el bienestar ambiental, y trabajamos para promover una regulación preventiva, transparente y democrática de las tecnologías emergentes.