Aflojando el control de las grandes petroleras sobre Wall Street

Wall Street está financiando la destrucción climática, y Chase Bank es el principal responsable. Desde los Acuerdos de París sobre el Clima, JPMorgan Chase ha destinado 1.400 millones de dólares a la financiación de la expansión de los combustibles fósiles. Chase está financiando masivamente proyectos de petróleo, gas, carbón y arenas bituminosas que están destruyendo nuestro clima, la vida silvestre y las comunidades vulnerables.

Nada de esto sorprende cuando se descubre que un ejecutivo radical de la industria petrolera, negacionista del cambio climático, fue director independiente principal del Consejo de Administración de Chase durante casi 20 años.

Durante 15 de esos años, el exdirector ejecutivo de ExxonMobil, Lee Raymond, supervisó al director ejecutivo de Chase, Jamie Dimon. Como resultado, Chase se convirtió en el principal banco de las empresas que expanden sus operaciones con combustibles fósiles. Como negacionista del cambio climático y responsable de engañar al público sobre sus peligros durante décadas, Raymond no debería supervisar nada, y mucho menos el consejo de administración del mayor banco de combustibles fósiles del país. ¡Y gracias al poder de los activistas de base, estamos un paso más cerca de lograr ese objetivo!

Amigos de la Tierra se unió a la coalición Stop the Money Pipeline, un movimiento de más de 100 organizaciones que luchan por exigir responsabilidades a Wall Street por financiar la crisis climática. Y nuestro primer objetivo fueron Chase y Lee Raymond.

Antes del coronavirus, el personal de Amigos de la Tierra se unió a Stop the Money Pipeline y Fire Drill Friday y tomó la sede de Chase en Washington, D.C., para denunciar las prácticas abusivas del banco. Activistas de Amigos de la Tierra movilizaron a más de 27.000 personas a JPMorgan Chase, exigiendo la destitución de Raymond de su junta directiva. Durante la pandemia, participamos en una acción de organización digital para presionar a Chase a que corrigiera sus prácticas corruptas. Cediendo a la presión de activistas climáticos y accionistas, Chase atendió nuestras demandas y destituyó a Raymond de su cargo en la junta directiva.

Raymond personifica las décadas de negacionismo climático de la industria de los combustibles fósiles. Su retirada, presionada por el movimiento climático, constituye una victoria histórica que demuestra que el control de los oligarcas de los combustibles fósiles y los negacionistas del cambio climático sobre Wall Street está disminuyendo.

Esta destitución es una gran victoria y demuestra que las instituciones financieras nos escuchan. Sin embargo, seguiremos luchando para que Raymond sea expulsado del consejo de administración y presionaremos a Chase para que deje de financiar a quienes impulsan la crisis climática. Chase no puede seguir teniendo a un negacionista del cambio climático en ningún puesto de su consejo.