Manteniendo nuestras tierras públicas

Durante su mandato, el presidente Barack Obama creó 14 nuevos monumentos nacionales, enviando el mensaje de que los estadounidenses valoran la historia y la belleza natural de nuestro país.

Pero cuando Donald Trump llegó a la presidencia, propuso eliminar los esfuerzos de Obama por proteger estos monumentos.

Mientras que los expresidentes impulsaron la protección de nuestro patrimonio natural y cultural, Trump hizo un retroceso en estas protecciones, llevándolas a un mundo donde las tierras naturales se valoran en función de la cantidad de beneficios corporativos que pueden generar.

Junto con el secretario del Interior, Ryan Zinke, Trump anunció un plan alarmante para reducir el tamaño de los monumentos nacionales y abrirlos a la minería y la perforación petrolera, actividades que resultan destructivas. El proceso comenzó con la revisión de los monumentos y sitios del oeste de Estados Unidos creados desde 1996 que superan las 100 000 hectáreas, con el fin de reducirlos o eliminarlos.

Afortunadamente, este plan para entregar nuestras tierras públicas a las grandes petroleras no ha pasado desapercibido. La indignación generalizada siguió al anuncio de la revisión. Zinke se enfrentó a manifestantes a cada paso durante su gira por el país para visitar los monumentos incluidos en su lista.

Y la preocupación de los ciudadanos no se detuvo ahí: los miembros de Amigos de la Tierra alzaron la voz y enviaron más de 300.000 comentarios condenando la revisión del monumento.

Gracias a las opiniones expresadas por los miembros de Amigos de la Tierra, tres monumentos nacionales se han salvado de ser eliminados. Los Cráteres de la Luna en Idaho, los Cañones de los Ancestros en Colorado y el Área de Hanford en Washington han sido retirados de la lista de monumentos que el Departamento del Interior debía revisar.

Sin embargo, muchos otros monumentos nacionales siguen en riesgo. El gobierno de Trump ya ha abierto 2 millones de acres de tierras públicas en los monumentos nacionales de Bears Ears y Grand Staircase-Escalante a las grandes petroleras, y decenas de monumentos más corren el riesgo de ser explotados y destruidos.