
Historias de victoria
Protegiendo nuestros alimentos de los pesticidas tóxicos
Durante demasiado tiempo, hemos estado expuestos a un pesticida neurotóxico llamado clorpirifos, a pesar de que décadas de investigación científica vinculan claramente este pesticida con daños cerebrales en niños. Pero recientemente, tras años de presión, la EPA del presidente Biden ha prohibido el uso de clorpirifos en alimentos. Esto representa un gran avance en la lucha por proteger a los trabajadores agrícolas y a las personas que viven en comunidades rurales, quienes han estado expuestos a esta sustancia química durante décadas, junto con más de 1200 especies en peligro de extinción que han sufrido el impacto letal de este pesticida.
Esta victoria fue posible gracias a los innumerables defensores que reconocieron el daño del clorpirifos y se organizaron para lograr la eliminación de su uso, incluidos más de 274.000 miembros de Amigos de la Tierra que enviaron comentarios a la EPA pidiendo la prohibición de este pesticida dañino para el cerebro.
Durante años, durante la administración Obama, se hicieron avances para prohibir el químico. Luego, cuando Trump asumió la presidencia, su comité de investidura recibió una donación de 1,4 millones de dólares del director ejecutivo de Dow Chemical, el principal fabricante de clorpirifos. Poco después, la EPA dio marcha atrás en la prohibición del pesticida, contradiciendo sus propios estudios científicos para que las empresas de pesticidas que donaron la campaña de Trump pudieran seguir obteniendo grandes ganancias.
Ante la inacción a nivel federal, estados como California, Hawái, Nueva York y Maryland tomaron la iniciativa de prohibir el clorpirifos, protegiendo así a las personas y al planeta. Además del daño que sufren los trabajadores agrícolas y las comunidades rurales, el clorpirifos también tiene un impacto considerable en la fauna silvestre. Las poblaciones de abejas han disminuido drásticamente en los últimos años, lo que representa un riesgo enorme para nuestro sistema alimentario, y el clorpirifos es uno de los plaguicidas más tóxicos para las abejas. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. también ha determinado que el clorpirifos amenaza a especies en peligro de extinción como el zorro kit y el gorrión costero.
No nos quedaremos de brazos cruzados mientras las empresas de pesticidas se benefician de la matanza de especies en peligro de extinción, destrozan nuestro sistema alimentario y perjudican activamente la salud de los agricultores, los trabajadores agrícolas y las comunidades rurales.
La prohibición de la EPA es un gran logro, pero aún queda trabajo por hacer. El clorpirifos está prohibido en la industria alimentaria, pero esta sustancia química nociva todavía se encuentra en usos no alimentarios, como en campos de golf.
Aún queda trabajo por hacer, pero celebramos esta victoria y agradecemos a nuestros miembros por formar parte de nuestros movimientos de base para crear un mundo más sano y justo.
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