
Pacto Verde para la agricultura: Abordar la crisis climática y revitalizar el sistema alimentario
Publicado originalmente en La colina
Las recientes inundaciones catastróficas en Nebraska e Iowa son un recordatorio más de que los agricultores, los trabajadores agrícolas y las comunidades rurales se encuentran en la primera línea de la creciente crisis climática. El empeoramiento de las tormentas, las inundaciones y las sequías amenazan el sustento de los agricultores y la seguridad alimentaria de nuestra nación, y agravan la crisis económica que ya enfrentan nuestros agricultores familiares y las comunidades rurales.
El New Deal ayudó a los agricultores a sobrevivir a la Gran Depresión y a alimentar a nuestra nación, a la vez que restauraba las tierras de cultivo y el suelo. El Green New Deal puede lograr aún más: restaurar la resiliencia de nuestro sistema alimentario y climático mediante la regeneración del suelo y la biodiversidad, garantizando precios justos, viabilidad económica y salarios dignos que permitan el sustento familiar para quienes producen los alimentos que llegan a nuestras mesas.
Nuestro sistema agrícola está tan intrínsecamente ligado al sistema económico que está provocando la crisis climática que cualquier Nuevo Pacto Verde deberá abordar cómo producimos y consumimos nuestros alimentos. Esto requerirá acciones que van desde combatir la concentración empresarial hasta garantizar precios justos para los agricultores y apoyar a los productores en su transición hacia prácticas agrícolas sostenibles.
Para que el Nuevo Pacto Verde sea efectivo, quienes hacen posible nuestra alimentación —los agricultores, ganaderos, pescadores, trabajadores agrícolas y de la industria alimentaria de nuestra nación— deben participar en las negociaciones. Las soluciones deben promover el liderazgo de las comunidades más afectadas, que sufren de manera desproporcionada la crisis climática y el insostenible sistema alimentario industrial.
Dado que el sector alimentario actualmente genera casi un tercio De todas las emisiones que contribuyen al cambio climático, debemos implementar políticas que garanticen la reducción y el secuestro de carbono, así como la resiliencia climática. Para lograrlo, necesitamos una transición rápida de la producción industrial de monocultivos, que consume mucha energía y productos químicos, a prácticas orgánicas, diversificadas y regenerativas que fomenten la salud del suelo, lo que a su vez permite secuestrar más carbono.
El Nuevo Pacto Verde también debe reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura. Una forma clave de lograrlo es restringiendo las emisiones de metano de las explotaciones ganaderas intensivas (CAFO). Otra sería reducir las ayudas federales a la ganadería industrial y a los monocultivos, actividades altamente contaminantes.
El Nuevo Pacto Verde debe permitir que los agricultores familiares estadounidenses prosperen mientras practican o transitan hacia la agricultura sostenible mediante políticas que garanticen precios justos (precios mínimos equitativos), la gestión de la oferta y el acceso equitativo a la tierra, el crédito y los mercados. Estas políticas también deben abordar las desigualdades económicas y raciales que sufren los agricultores afroamericanos, nativos americanos, asiático-americanos, isleños del Pacífico, latinos y otros agricultores históricamente desfavorecidos.
También debe garantizar salarios dignos que permitan el sustento familiar y condiciones de trabajo seguras y humanas para los trabajadores. Para ello, son prioridades clave la equiparación de las leyes laborales para otorgar a los trabajadores agrícolas plenos derechos legales y garantizar que todos los trabajadores del sistema alimentario tengan la libertad de organizarse y sindicalizarse sin represalias.
Las políticas del Nuevo Pacto Verde también deben construir y apoyar economías alimentarias locales y regionales resilientes, basadas en agricultores, ganaderos y pescadores familiares, que garanticen alimentos saludables para todos. Deben combatir la concentración en el sector agroalimentario y revertir la rápida pérdida de explotaciones agrícolas y el deterioro de las tierras de cultivo, redirigiendo las inversiones públicas de las subvenciones a las grandes agroempresas al apoyo a los pequeños y medianos agricultores.
Esto exigirá invertir en programas de alimentación y agricultura tanto urbanos como rurales, así como ampliar la infraestructura alimentaria local y regional. Al revertir la concentración de la actividad económica, podemos fortalecer la diversidad y la resiliencia de las economías rurales frente al cambio climático. El Congreso también debe evitar falsas soluciones y propuestas patrocinadas por la agroindustria que no abordan las causas sistémicas de la crisis climática y que causan graves daños al retrasar el progreso.
El actual sistema alimentario industrial altamente consolidado está agotando rápidamente los recursos vitales del suelo y el agua, así como la biodiversidad de la que depende nuestro futuro alimentario. Está generando pobreza generalizada, desigualdad, hambre y crisis de salud pública, además de una crisis económica en la que las comunidades agrícolas rurales pierden miles de explotaciones familiares cada año. Asimismo, nuestro sistema de producción de alimentos, que utiliza intensivamente productos químicos, expone a los agricultores, los trabajadores agrícolas y las comunidades rurales a un mayor riesgo de exposición a plaguicidas vinculados a diversos problemas de salud graves.
Afortunadamente, existen soluciones —prácticas agrícolas eficaces, rentables y con amplia trayectoria, a todas las escalas y en todas las regiones— que pueden contribuir a la recuperación del medio ambiente y el clima, a la vez que revitalizan comunidades en todo el país. Al adoptar las prioridades mencionadas en el marco del Nuevo Pacto Verde, el Congreso puede permitir que los productores de alimentos ayuden a restaurar el clima y garanticen un futuro alimentario saludable, sostenible y justo para todos.
Amigos de la Tierra, la Asociación Nacional de Agricultores y Ganaderos Latinos y una coalición de más de En abril, 300 organizaciones enviaron una carta al Congreso abogando por un Nuevo Pacto Verde que refleje el papel fundamental de la alimentación y la agricultura en nuestra crisis climática.hermana.
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