Ganadería

Ganadería

La carne, los huevos y los productos lácteos que constituyen el centro de muchos platos también se encuentran en el centro de algunas de las mayores amenazas que enfrenta nuestro mundo para el medio ambiente, la salud pública, los derechos de los trabajadores y el bienestar animal.

Los productos de origen animal son los alimentos que más recursos consumen en nuestra dieta: requieren enormes cantidades de agua y energía y generan importantes emisiones de gases de efecto invernadero, así como contaminación del suelo, el aire y el agua.

Para evitar los peores impactos del cambio climático y proteger los suministros de agua para las generaciones futuras, debemos producir y comer “menos y mejor”. Esto significa consumir menos productos animales, apoyar a los agricultores y ganaderos que crían animales de manera sostenible y garantizar que todos tengan acceso a las opciones más saludables.

La mayoría de los animales se crían en granjas industriales donde se les alimenta con maíz y soja transgénicos, cultivados con pesticidas tóxicos y fertilizantes sintéticos que contaminan nuestros ríos y aguas subterráneas. La cría de miles de millones de animales en espacios reducidos también genera enormes cantidades de estiércol tóxico que contamina el aire y el agua, especialmente en las comunidades cercanas. El uso excesivo de antibióticos en la ganadería contribuye al aumento de superbacterias resistentes a los antibióticos, uno de nuestros problemas de salud pública más acuciantes. Los empleos en granjas industriales y mataderos se asocian con algunos de los índices más altos de lesiones y enfermedades laborales.

Para solucionar estos problemas, debemos reducir drásticamente el consumo de carne, reformar las prácticas ganaderas actuales y transitar hacia una producción ganadera más sostenible. Las opciones de producción más sostenible, como la carne y los lácteos orgánicos de pastoreo, son mejores para las personas y el planeta.